Palabras rescatadas (I)

Según la RAE, usamos únicamente unas 2000 palabras de las más de 93 000 recogidas en la última versión del diccionario académico. Eso quiere decir que la mayor parte de nuestro léxico solo nos sirve para engordar el susodicho libro; y es una pena porque en una simple ojeada al diccionario encontraremos palabras hermosas, curiosas, coquetas, sugerentes, biensonantes o no… en resumen, palabras que merecen ser pronunciadas. Por ello, desde este blog, aportaré mi granito de arena mensualmente para intentar salvar alguna de estas palabras olvidadas.

En esta ocasión, os presento a dos de mis preferidas: una porque me encanta su etimología y su sonoridad; otra porque me recuerda a la mujer a la que más veces se la oí de niña, mi madre.

La primera palabra que vamos a rescatar hoy es nefelibata. Según el diccionario, dicho de una persona, significa: «soñadora, que no se apercibe de la realidad». Y ese sentido late en su etimología. Nefelibata viene del griego nephélē (que significa ‘nube’) y –bátēs (‘que anda’), derivado este de baínein (‘andar’): o sea, literalmente nefelibata en griego es ‘el que anda en las nubes’.

La segunda palabra es el verbo esculcar. De él el diccionario nos da dos sentidos generales: «1. Espiar, inquirir, averiguar con diligencia y cuidado. 2. Registrar para buscar algo oculto». Mi madre lo usaba siempre con este segundo sentido para reñirme de niña cuando me pillaba buscando alguna golosina escondida en la alacena (otra bonita palabra olvidada, por cierto). «¿Otra vez esculcando?»… resuena en mis recuerdos infantiles.

¿Conocías estas palabras? ¿Las usas? ¿Eres una persona nefelibata? ¿Tú también esculcabas cajones y alacenas en tu infancia? Los comentarios están abiertos.

4 comentarios en “Palabras rescatadas (I)

  1. No conocía «nefelibata»y coincido contigo que es una palabra muy especial.
    «Esculcar» sí que la conocía y mi madre más bien la usaba cuando mis hermanos o yo nos hurgábamos en la nariz (cosa que seguramente harían más mis hermanos que yo 😉 )
    Un saludo.

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  2. Probablemente fui una nefelibata la mayor parte de mi niñez y la musicalidad que deja es tan dulce que, de ahora en más, seguro la introduciré en cualquier recodo de conversación que pueda. Gracias por el rescate, en cuanto a mi concierne: valió…

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